Uno de los grandes desafíos de la política en nuestro tiempo, es el impacto creciente que al amparo, en gran medida de la comunicación política, tiene el liderazgo. Un liderazgo que no sólo es uno de los elementos más importantes de explicación en la composición del voto a partido, sino que se ha dibujado en “momentos políticos” concretos, y en el caso de determinados partidos, como el factor principal, desplazando a otros componentes tradicionales como la identificación partidista. Las elecciones generales celebradas en nuestro país en 2016, fueron unas elecciones, sin duda, diferentes, en las que los liderazgos jugaron un papel determinante, marcado no sólo por los múltiples y fracasados procesos de negociación gubernamental previos, sino y sobre todo, por la articulación del discurso y el espacio de competición política en torno a ellos. El objetivo último de este trabajo es analizar el peso que los diferentes liderazgos, construidos a partir de la valoración del líder y de sus atributos o cualidades, hayan tenido en la composición del voto a los cinco principales partidos en los comicios de 2016.