Las elecciones autonómicas celebradas en Cataluña en septiembre de 2015, marcadas por el proceso de independencia e interpretadas por tanto en clave plebiscitaria, por parte de los agentes implicados, pueden ser definidas como unas elecciones críticas. Unos comicios “especiales” que han supuesto importantes cambios para el sistema político y que se han desarrollado en un espacio bidimensional, definido por dos dimensiones o cleavages políticos: el eje ideológico izquierda-derecha y el eje identitario nacionalismo-no nacionalismo. Entorno a estos dos ejes y a la relación más o menos desigual que se establece entre ellos, se han posicionado las formaciones políticas, se han situado los líderes políticos y se han autoubicado los electores; articulándose en consecuencia el espacio de competición política. Bajo el prisma que nos ofrecen los modelos espaciales de voto intentaremos analizar en este trabajo estas cuestiones, así como el impacto que sobre la composición del voto hayan podido tener.