En franca polémica, el debate actual supone que el enfoque de los derechos sociales significa asumir su contrapartida, es decir, que tras el derecho hay una obligación correlativa de hacer y de recursos. Por lo mismo, es necesario contemplar los medios idóneos para exigir responsabilidad por la violación de la obligación de satisfacción. Y la satisfacción comprende tres obligaciones: no quebrantarlos, promoverlos y ratificarlos. De ella provienen distintos marcos de interés ético político bebiendo frecuentemente en distintas disciplinas como la filosofía social, las hipótesis del desarrollo, la sociología y la economía política. La revisión teórica y conceptual de contingencias ético-políticas y filosóficas para la comprensión de las necesidades sociales y el bienestar provenientes de diversas disciplinas ha sido y es abordada frecuentemente en el ámbito de la intervención social para el desarrollo de políticas específicas.  El problema es qué el derecho para que no sea de papel debe financiarse. ¿Cómo debatir con un gobierno dentro de un juego político fraccionado?