El cambio climático dado su cariz global y transversal puede ser catalizador mundial de deseables formas de transformación social, económica, jurídica, e incluso ética. Pero, así mismo como la sostenibilidad siempre es local, la gestión climática puede ser un inmenso factor "empoderador" de las comunidades locales, de la sociedad civil y por tanto de una nueva gobernabilidad o gobernanza. La gobernanza hace referencia  a los procesos por lo que se adminstra toda colectividad sus asuntos, garantizando transparencia, participación pública y rendimiento de cuentas. Implica una relación dinámica y equilibrada entre el Estado, la sociedad civil y el mercado, en armonía con la naturaleza (Estado-sociedad-mercado+ ambiente), que redundará en bien común. Es decir el bienes que beneficia al conjunto de la sociedad y a partir de el a todos sus miembros. Con la incorporación  dela sociedad civil empoderada aparece otra gobernabilidad acorde a la carracterización jurídica de los bienes implicados: el sol y la atmósfera (aire) como bienes comunes globales, pero de gestión fundamentalmente local. Este nuevo paradigma supone una gobernanza multinivel de los recursos (y de la energía) y de las comunidades locales basada en la teoría y en la práctica de los bienes comunes. En definitiva, conlleva una gestión pública más sostenible y participativa, es decir una verdadera comunidad soberana o gobernanza "smart community", y por ende, otro modelo económico-cultural de la abundacia o "buen vivir".