A partir de la formulación de Max Weber, carisma es uno de los conceptos clásicos de la sociología y la ciencia políticas. Tras quedar relegado al ostracismo académico durante la segunda mitad del siglo XX, por razones no solamente intelectuales, en los tiempos recientes ha regresado al primer plano de la mano de la sociología política de los medios de comunicación, donde por desgracia tiende a usarse en su sentido vulgar, anterior a Weber. Uno de los problemas que ha tenido y tiene la noción de carisma a lo largo de su historia es su difícil operativización empírica, al tratarse de un término que alude a relaciones para-conscientes entre el líder político y sus seguidores. Para abordar esta dificultad se presentan dos aproximaciones empíricas que pretenden medir indirectamente el valor carismático de los principales líderes políticos españoles a través de dos cuestionarios aplicados -a título de prueba experimental- en aulas universitarias. Por encima de los resultados obtenidos, que no tienen representatividad estadística, se pretende suscitar el debate sobre la medición de fenómenos políticos basados en identificaciones no racionales, cuya intensidadno hace más que crecer en las democracias avanzadas de la actualidad.